domingo, 13 de noviembre de 2016

Hipómenes y Atalanta, o por qué la Cibeles va sobre un carro tirado por leones.



  Muchas veces hemos paseado por delante de la Fuente de la Cibeles en Madrid sin pararnos a preguntarnos por qué la diosa tiene un carro que está tirado por dos leones. La culpa la tiene, como la mayoría de las veces, el amor. He aquí la historia:

            Fuente de la Cibeles. Diseño de Ventura Rodríguez y obra de Francisco Gutiérrez y Robert Michel. 1780-1786. Madrid

   Todo comienza cuando Atalanta, una niña recién nacida, es abandonada por su padre en el monte, enfadado éste porque su hija no había sido un varón. Pero la niña consiguió sobrevivir gracias a una osa que la amamantó y a unos cazaadores que la recogieron y la cuidaron como si fuera su hija. De este modo, Atalanta creció ejercitándose en la caza y en la carrera.

        Atalanta. Escultura de Pierre Lepautre. 1703-1705. Copia de un original romano.  Museo del Louvre, París.

   La joven crecía, y llegaba a la edad propia de contraer matrimonio, pero ella no quería, ya que un oráculo le había advertido que correría peligro si alguna vez se casaba, por lo que tomó la decisión de permanecer soltera y no unirse jamás a ningún hombre.

   Pero su padre la presionaba para que se casara, y Atalanta, para que su progenitor dejara de repetirle todos los días lo mismo, ideó un plan que no podía fallar: le dijo que se casaría solamente con aquel que consiguiera ganarla en una carrera, pero que todo aquel que osara retarla a correr, y saliera perdedor, moriría a manos de la propia Atalanta. 

   De este modo su padre se quedó tranquilo y le dió su aprobación. Varios fueron los que se atrevieron a pedirle una oportunidad, pero ninguno consiguió vencer a la gran corredora, por lo que la joven les dió muerte a todos. Sin embargo, un día se enteró de este reto un joven noble y de alto origen llamado Hipómenes. Movido por la curiosidad, se acercó a ver a Atalanta y quedó prendido de ella. Quería conseguir su amor, pero sabía que era tarea difícil debido a lo que se contaba de ella y de sus grandes dotes. 

   Decidido a no rendirse, Hipómenes invocó la ayuda de la diosa Afrodita, la cual, dispuesta a ayudarle, le regaló tres manzanas doradas y le aconsejó que fuese tirándolas a los pies de Atalanta si ésta le iba sacando ventaja en la carrera. Hipómenes, contento con los consejos de la diosa, fue ante Atalanta y le retó en una carrera. Ella accedió, convencida de que volvería a salir victoriosa y que daría muerte al nuevo pretendiente.

   La carrera comenzó, y cuando Atalanta conseguía adelantar a Hipómenes, éste le tiraba una manzana dorada a sus pies. La joven, deslumbrada por el brillo y la belleza de las manzanas, se paró a recogerlas para quedárselas, y su rival aprovechó este descuido para adelantarla y proclamarse victorioso en la carrera.

Hipómenes y Atalanta. Guido Reni. 1612. Museo del Prado, Madrid.

   Atalanta, sorprendida y admirada por la treta que usó su pretendiente, quedó enamorada de él, y accedió a casarse con Hipómenes. Se celebró la boda y ambos compartían largas jornadas de caza y de paseos. 

   Un día, mientras estaban en uno de estos entretenimientos, les sobrevino una pasión incontrolable y decidieron dar rienda suelta a este amor en un templo dedicado a la diosa Cibeles, que estaba cerca de allí. Los amantes pasaron dentro de él y allí consumaron su amor. La diosa, furiosa por aquella profanación imperdonable de su templo, de su recinto sagrado, decidió castigar a estos jóvenes inconscientes e irrespetuosos, y sin piedad por ellos los convirtió en leones y los obligó a tirar de su carro para toda la eternidad, condenados a estar siempre juntos, pero sin poder mirarse el uno al otro. Y así continúan, tirando de la diosa, predestinados a no poder volver a verse, tal como predijo el oráculo.

Fuente de la Cibeles. Diseño de Ventura Rodríguez y obra de Francisco Gutiérrez y Robert Michel. 1780-1786. Madrid

   Seguro que a partir de ahora, cada vez que paséis por enfrente de la Cibeles os fijaréis en los leones y os acordaréis de esta historia que acabais de leer.


   Por último, quiero añadir unas imágenes de esta historia que se encuentran en el Palacio del Infantado de Guadalajara, ya que son muy poco conocidads y merecen ser visitadas. A este respecto, quiero agradecer la ayuda de un gran amigo, que hizo las magnificas fotografías a los frescos de los techos de esta sala. ¡Muchas gracias Julio Salgado por este regalo! (Julio es un grandísimo fotógrafo que podeis conocer a través de su instagram @arte_photo_iuliano ).


Hipómenes reta a Atalanta a una carrera para casarse con ella. Rómulo Cincinato. 1578-1580. Palacio del Infantado, Guadalajara. Salas del Duque. Sala de Atalanta.

Hipómenes va tirando las manzanas de oro durante la carrera. Rómulo Cincinato. 1578-1580. Palacio del Infantado, Guadalajara. Salas del Duque. Sala de Atalanta.

Hipómenes y Atalanta deciden dar rienda suelta a su pasión en el templo de Cibeles.  Rómulo Cincinato. 1578-1580. Palacio del Infantado, Guadalajara. Salas del Duque. Sala de Atalanta.




   *NOTA: Ésta es la versión más conocida de Hipómenes y Atalanta, pero hay una más en la que se dice que el templo que profanaron Hipómenes y Atalanta era de Zeus, y que fue él quien decidió convertirlos en leones y que tiraran del carro de Cibeles.



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