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lunes, 23 de noviembre de 2015

Cómo ponerse guapa en la Antigua Roma (I): El maquillaje y el peinado.



      Hoy en día es muy habitual arreglarse y seguir más o menos la moda en cuanto a ropa, maquillaje, peinados, complementos... Pero esto no es algo que haya surgido en nuestra época. La moda se ha impuesto en la forma de vida de los individuos desde épocas remotas, y hoy nos vamos a dedicar a observar los hábitos de arreglo personal que seguían las mujeres en la Antigua Roma. La mayoría de ellos han continuado hasta nuestros días, y nos sorprende ver cómo utensilios que pensábamos inventados por nosotros ya los utilizaban los romanos cientos de años antes.

      Lo primero que hacía una mujer romana a la hora de ponerse guapa era preparar la piel del rostro. Para ello utilizaba el albayalde, un pigmento blanco que mezclado con miel daba luminosidad a la cara. A veces preparaban la piel por medio de mascarillas y cremas de todo tipo. Después de tener el rostro "aclarado" con el albayalde se sonrojaban las mejillas con polvo de hematites, para darle un toque de frescura y juventud a la cara. 

      El siguiente paso era darle forma y color a los ojos. Los perfilaban con un kohl negro a base de tinta de sepia, el hollín resultado de asar dátiles, y antimonio. A veces se añadían a esta mezcla hormigas tostadas. Los párpados se sombreaban con colores llamativos, como el verde, el azul o el rojo, y se realzaban las pestañas. Las cejas también se alargaban en ambas direcciones, ya que en la sociedad romana se consideraba a una mujer atractiva si tenía las cejas muy juntas, puesto que daba al rostro una expresión de fuerza. Para conseguir esto, las cejas se alargaban por medio de un bastoncillo de carbón y las difuminaban con un poco de ceniza.

      Para dar color a los labios disponían de una amplia gama de colores, aunque el favorito era el rojo vivo, el cual se obtenía a partir del cinabrio o del minio, elementos que, por otra parte, eran muy tóxicos para la piel.

      El último paso para tener una cara perfecta era el dibujo de falsos lunares. Éstos, además de para aumentar la belleza, servían incluso para enviar mensajes según se dibujaran en un sitio o en otro del rostro. Cada posición enviaba un mensaje diferente al que lo veía.

      A veces las mujeres también se maquillaban las plantas de las manos y de los pies de color rojo; y las más adineradas maquillaban con polvo de oro las puntas de los senos.

      Una vez terminado el rostro y el maquillaje corporal, el siguiente paso es pasar al arreglo del pelo. Éste era un trabajo muy laborioso, y existían diferentes técnicas de peinado. Para peinar el cabello utilizaban peines de hueso, y para rizarlo tenían unas tenacillas que calentaban en los braseros, y una vez calientes, enrollaban los mechones de pelo en ellas para darles forma. 

      En la Antigua Roma no sólo se moldeaba el pelo al gusto, sino que también podían cambiarlo de color. Lo más normal era que se tiñeran de negro, rubio o rojo, pero también había tintes naranjas o azules, aunque éstos últimos eran más utilizados por las prostitutas. 

      Para las que se cansaban rápido de un color de pelo y podían permitírselo, había pelucas de diferentes colores para poder cambiar de color varias veces a la semana. Las pelucas se pusieron muy de moda entre las mujeres, y estaban realizadas con pelo traído de diferentes partes del mundo según el color requerido. Por ejemplo, las de color negro provenían de países orientales. En cambio, para las rubias y las de tonos rojizos, se traía el pelo de Germania.

      Es en el peinado donde más podemos ver la influencia de la moda en la sociedad romana. Según las épocas, el peinado varía, y era la esposa del emperador la que marcaba los dictámenes de la moda en el peinado. Las mujeres libres gustaban de hacerse peinados muy complejos y elaborados, y éstos irán complicándose con el tiempo. En cambio, las esclavas sólo podían acceder a recogerse el pelo en una forma muy simple.

      El cabello siempre se llevaba recogido, ya que lo contrario era un a señal de lujuria y desenfreno. De hecho, en las fiestas de las Bacantes se soltaban el pelo como símbolo de seducción y erotismo.

      Por último, vamos a pasar a ver una pequeña muestra de los diferentes peinados que podíamos encontrar en las mujeres romanas. Hay una evolución. En los primeros siglos de la República, los peinados eran muy sencillos. En cambio, conforme avanza la República y en los primeros tiempos del Imperio los peinados se fueron volviendo más artificiales y recargados, con la minuciosa y trabajosa elaboración que ello conllevaba.



Peinado estilo melón
Peinado estilo nodus

Peinado estilo tortuga. Imita el caparazón de una tortuga.
Peinado estilo tutulus (Recogido de rizos en la parte alta de la cabeza y atados con una cinta de lino. Este peinado fue utilizado durante casi toda la Antigua Roma)

Peinado estilo seni crinibus. Tipo de peinado utilizado por
las vestales y las novias el día de su boda. Consiste en seis
mechones trenzados que caen por los hombros cubriendo los pechos.
Peinado tipo salus (acumulación de rizos sobre las sienes)
Peinado tipo turbante



Peinado época flavia (aquí es donde el peinado alcanza
su mayor complejidad, teniendo que recurrir a postizos
para poder alcanzar la altura deseada).
Peinado época flavia (parte posterior)


domingo, 19 de abril de 2015

La construcción de San Pedro del Vaticano como el inicio de la Reforma Protestante.



      Nadie podía imaginarse que la construcción más importante para la cristiandad, la basílica de San Pedro del Vaticano, fuera el punto de arranque para la reforma protestante que hizo que se tambaleara el mundo católico y que éste se dividiera a partir de entonces en dos bandos: el católico y el protestante. División que se mantiene hoy en nuestros días. 


El papa León X con dos cardenales.
Obra de Rafael Sanzio (1518-1519)
       Todo empezó en los inicios del siglo XVI, cuando León X, nada más acceder al papado, decidió intensificar las obras de este templo tan importante para el orbe cristiano. Roma estaba recuperando su esplendor y estaba convirtiéndose en el centro del mundo. Por ello debían de concluirse las obras de San Pedro. Para esta empresa contó con la colaboración de prestigiosos artistas, pero las arcas de la Iglesia de Roma estaban prácticamente vacías y había que incrementar el presupuesto disponible como fuera. Y al Papa se le ocurrió una nueva forma de subvencionar las obras, idea que consistía en la concesión de indulgencias especiales o la redención de las penas temporales del Purgatorio por medio de donaciones económicas. Éstas concesiones las anunció en 1515, encargando a los dominicos su predicación por toda Europa para conseguir dinero de todos los rincones en los que dominaba el cristianismo. 

      De vender los certificados de tales indulgencias se encargarían  los bancos alemanes de los Fugger mediante la Tasa Camarae seu Cancillariae Apostolicae, donde se establecía una lista de precios o tasas a pagar según la gravedad de los pecados cometidos para obtener el perdón del Papa. También podían adquirirse en nombre de un familiar ya difunto, para reducir su estancia en el Purgatorio o para sacarlo de allí, según la cantidad de dinero que pagaran.

Retrato de Martin Lutero por
Lucas Cranach hacia 1520.
      Martín Lutero, monje agustino alemán, había estado en Roma en 1511 para resolver asuntos de su orden. Al llegar allí le decepcionó lo que se encontró, ya que lo que vio fue un ambiente demasiado relajado y festivo. Y esque desde hacía tiempo eran muchos los males de la Iglesia. Muchos regulares vivían relajadamente las reglas de sus órdenes, faltando a sus votos de pobreza, obediencia y castidad. Por lo menos un 20% de los religiosos vivían en concubinato, sin contar con el nepotismo imperante por medio del cual se heredaba la Cátedra de San Pedro según lazos familiares y no por medio de consenso entre la curia, que es el procedimiento que se debería seguir. Muchos de los obispos se ausentaban de sus diócesis y sólo se dedicaban a enriquecerse y a vivir mundanamente. Y un gran número de párrocos era analfabeto. No sabían siquiera leer, y a causa de ello repartían los Sacramentos y demás obligaciones según les parecía, haciendo los sermones a su manera a causa de no haber leído ni siquiera la Biblia por su falta de estudios.

      Pero fueron las ventas de indulgencias las que motivaron la protesta de Lutero cuando llegaron a Alemania en 1517. Ellas le llevaron a la redacción de las 95 tesis que clavó en la puerta de la iglesia de Wittenberg para que todo el que pasara por allí las leyera y que después serían ampliamente difundidas por toda Europa gracias al recién aparecido invento de la imprenta. Éste es el inicio de la reforma protestante, un inicio que llevaría a Lutero a la excomunión.

      En esas 95 tesis Lutero atacaba la actitud de la Iglesia en general y el caso de las indulgencias en particular. Y argumentaba que todo lo que él decía y defendía ya había sido defendido con anterioridad por autores como San Agustín. Además, estaba seguro de que la Verdad sólo se podía encontrar en las Escrituras. Este último tema será fundamental en su doctrina, pues da un mayor protagonismo al fiel a la vez que se lo resta a los sacerdotes, como se verá más adelante.

      Criticó la práctica de la excomunión, método al cual recurría la Iglesia cuando un fiel no compartía la Doctrina cristiana o cuando no pagaba sus impuestos religiosos. Era una pena muy dura, ya que, además de apartar al excomulgado de las celebraciones religiosas y echarlo fuera de la comunidad cristiana, con todas las consecuencias que de ello se derivaban, también se le impedía, por ejemplo, el ejercicio del comercio. Lutero se posicionó en contra de la excomunión argumentando que sólo Dios podía incluir y excluir a un fiel de la Comunidad.

      A partir de aquí es cuando el Papa inicia su proceso de herejía contra Lutero, en 1521. Lutero es excomulgado y proclamado hereje y proscrito. Debe huir para salvar su vida. Pero el Duque de Sajonia, Federico el Sabio, organizó una especie de secuestro fingido de Lutero para hacerlo desaparecer del mapa y así poder protergerlo. Fue recluido en el castillo de Wartburg durante un año, donde se dedicó a escribir y reflexionar bajo la identidad falsa del doncel Jorge. 

      Esas reflexiones mantenidas en su escondrijo fueron las que crearon una base teológica alejada de las bases dogmáticas de Roma. Lutero fue desarrollando cada vez más a fondo sus doctrinas y llegó a conclusiones más profundas, como es el caso del sacerdocio universal. Según este pensamiento, la Iglesia es una comunidad espiritual formada por aquéllos que comparten la misma fe, y que son iguales por medio del bautismo. Los que prestan un servicio a la comunidad como pastores, no pertenecen a un orden distinto, por lo que además, pueden contraer matrimonio. Se devalúa de esta forma el papel de los sacerdotes como intermediarios entre Dios y los fieles. Todos somos iguales por medio del bautismo, y por lo tanto se afirma el sacerdocio universal de todos los bautizados.

      En 1522 salió de su confinamiento en el castillo de Wartburg para predicar por Alemania aún con el riesgo que ello conllevaba para su propia vida. Debía extender las bases de la nueva fe. Labor a la que se dedicó durante dos años, hasta 1524.

      Como defendía el embargo de los bienes de la Iglesia para sufragar actividades de ayuda social y de educación de las clases bajas, consiguió una importante popularidad entre amplios segmentos sociales. 

        Hay algunas otras ideas de Lutero que tienen gran importancia para entender la nueva religión, como la proclamación de la necesidad de una relación más personal, espiritual y directa con Dios. Defendía el hecho de que cualquier fiel que supiera leer podía leer la Biblia y sacar sus propias conclusiones, ya que anteriormente a esta defensa sólo los sacerdotes podían leer la Biblia, no el pueblo fiel, que solamente podía conocer lo contenido en las Sagradas Escrituras a través de su sacerdote y la interpretación que de ellas hiciera dicho sacerdote. Según Lutero, es la Biblia la que habla a cada fiel, sin necesitar la interpretación de nadie más. Esta lectura e interpretación propia de la Biblia es un derecho de todos los creyentes, y no, como afirmaba la Iglesia, un monopolio exclusivo de los sacerdotes. Para que se pudiera cumplir el deseo de Lutero se hacía necesario traducir la Biblia a las diferentes lenguas vernáculas, ya que hasta ese momento la Biblia estaba escrita únicamente en latín. De hecho, fue el propio Lutero el que tradujo las Escrituras al alemán para hacerlas accesibles a un mayor número de fieles.

      Los Siete Sacramentos de la Iglesia Católica ahora se reducen a solamente aquellos que aparecen en las Sagradas Escrituras, esto es, al Bautismo y la Eucaristía, pero esta última solamente como conmemoración del hecho que tuvo lugar, y no como reproducción real. Los demás Sacramentos eran fruto de las distorsiones introducidas por la autoridad eclesiástica a lo largo de los siglos.

      También se niega el poder intercesor y mediador de los santos y de la Virgen. Ya no deben ser figuras que procuran protección, sino que deben de ser modelos a imitar. Del mismo modo, las peregrinaciones, devociones de reliquias y las imágenes religiosas pierden sentido.

       Las liturgias se hacen más participativas al sustituirse el latín por la lengua propia de cada nación. De este modo el fiel puede participar en las misas con el canto de salmos y la lectura de textos bíblicos, además, claro está, de entender con total claridad todo lo que se está diciendo en la celebración.

       Por último, según el pensamiento y las ideas de Lutero sólo Dios puede perdonar las culpas de aquéllos que se arrepienten sinceramente. No niega la confesión, ya que la absolución dada por el sacerdote es siempre útil, pero en ningún caso es indispensable.

      
         La ruptura formal con Roma se produce en 1521 tras la Dieta de Worms y el protestantismo se extiende por el Imperio. Con el paso del tiempo se suman nuevos protestantes bajo los predicadores Zwinglio y Calvino, además de la también ruptura con Roma que produce Enrique VIII, rey de Inglaterra, bajo el cual se introduce el anglicanismo en el país. Este último foco lo explicaremos en otro post más adelante, ya que es un hito muy importante en la Historia.  

            Para concluir, como respuesta a esta reforma apareció un movimiento de defensa del lado católico que produjo, a finales de 1545, la convocatoria de un Concilio en Trento que sería el origen de la Contrarreforma Católica. Este concilio tenía una triple finalidad: corregir los desórdenes en la Iglesia, proclamar su doctrina, y restablecer la unidad. Concilio este que tendrá numerosas repercusiones para el mundo católico y que será también explicado próximamente.


Mapa que muestra cómo quedó dividida Europa tras las reformas religiosas iniciadas por Lutero.

viernes, 9 de enero de 2015

Perséfone y el reino de los muertos.

      

Hades con el can Cerbero
      Según la mitología griega, al repartirse los Cíclopes el dominio del Universo, a Hades (Plutón en la mitología romana) le correspondió reinar en el inframundo. Es el rey de los muertos, incluso da su nombre al lugar donde residen las almas. 

     Hades vive en los infiernos junto al barquero Caronte y el can Cerbero, quienes lo ayudan en sus dominios de ultratumba. Caronte, un anciano de barba blanca y ojos llameantes, con una capa anudada al cuello, es el encargado de llevar las almas a través de los ríos que separan el reino de los vivos del de los muertos. Este trabajo no lo hace gratis, ya que cobra un óbolo a cada alma para poder transportarla. (De aquí la costumbre que se tenía en el mundo antiguo de enterrar a los difuntos junto con una moneda para que pudieran pagar este servicio al barquero). Pero Caronte no lleva a cualquier alma. Se abstiene de transportar aquellas almas que no han recibido las honras fúnebres debidas, y tampoco a aquellas pertenecientes a muertos insepultos. Estas almas son condenadas a vagar por las orillas del río Cocito durante cien años antes de poder ser admitidas en el Hades. Río cuyas aguas están formadas por las lágrimas de todos estos muertos condenados. Miguel Ángel, el gran artista del Renacimiento, también plasmó a Caronte llevándose las almas de los condenados en su Juicio Final de la Capilla Sixtina. 

Joachim Patinir. Caronte atravesando la laguna Estigia. ca.1520-24.
Museo Nacional del Prado.

      El otro ayudante en el inframundo, el can Cerbero, es un perro con tres cabezas y cola de serpiente cuya mordedura es venenosa. Se encarga de impedir la salida de los muertos del Hades, así como la entrada de los vivos, aunque en una ocasión Orfeo consiguió amansarlo con la música de su lira, pero esa es otra historia que ya contaremos. En cuanto a este can, su significado ha llegado a nuestros días en la figura del portero de fútbol, también llamado cancerbero, que, como en el Hades, defiende la entrada de sus dominios, en este caso su portería. 

Bernini. El rapto de Proserpina.
1621.
      Hades estaba enamorado de Perséfone (o Proserpina, si nos referimos a los mitos romanos), que era hija de su hermana Deméter (Ceres en Roma), diosa de la tierra cultivada y de Zeus (o Júpiter). Un día Hades decidió raptarla mientras recogía flores en una pradera junto a una ninfa. Cuando la muchacha, admirada por un narciso, fue a recogerlo, la tierra se abrió y apareció Hades, llevándosela a la morada de los muertos. Allí, su raptor le da a comer un grano de granada, para que de este modo no pueda volver al mundo de los vivos. 

      Deméter, desconsolada por la pérdida de su hija, decide bajar del Olimpo y buscar a Perséfone por toda la tierra, pero su búsqueda no da resultado, y la diosa olvida sus obligaciones, dejando de bendecir los campos, en los cuales dejan de brotar las plantas, las cosechas y la vida. Todo está estéril. 

Bernini. El rapto de Proserpina.
1621. Detalle.
Rossetti. Proserpina. 1874
       Zeus, alarmado por este hecho, envía a todos los dioses para convencer a Deméter de que vuelva al Olimpo, pero ésta se niega. Como último recurso, Zeus envía a Hermes ante Hades para que consiga que éste devuelva a Perséfone, pero puesto que ella ya había comido el fruto de la granada, no podía volver a la tierra. Al final, llegan a un acuerdo: Perséfone pasará la mitad del año en el Hades y la otra mitad en el Olimpo con su madre.

       De este modo se explica el origen y ciclo de las estaciones. Cuando Proserpina pasa el tiempo con su madre, todo es vida y alegría, y Deméter cumple con sus tareas sobre la tierra y los cultivos (es el tiempo de la primavera y el verano). Pero, durante el resto del año, Perséfone habita las moradas de ultratumba, y Deméter, debido a la tristeza que ello le produce, deja de ejercer sus obligaciones como diosa, apareciendo la devastación en los campos (otoño e invierno).

      Iconográficamente, Hades es representado normalmente en un carro de oro con el cuerno de la abundancia en la mano, y a Perséfone con un ramo de narcisos, ya que era la planta que estaba recogiendo cuando fue raptada. O con una antorcha en la mano. También se le representa en un carro tirado por caballos negros junto a Hades.


Miguel Ángel. Juicio Final. 1536-1541. Capilla Sixtina.
Detalle de Caronte

Miguel Ángel. El Juicio Final. 1536-1541. Capilla Sixtina